O2 OXIGENO


LAS AFIRMACIONES DE LA MEDICINA ALTERNATIVA SOBRE LA EFICACIA DEL OXÍGENO NO SON CONVINCENTES- ESPECIALMENTE CUANDO EL SUPLEMENTO NO CONTIENE OXÍGENO.


El oxígeno no está solamente en el aire; también está en los estantes. Ha sido descubierto por la medicina alternativa y se vende en varias presentaciones en el mercado de los suplementos alimenticios. Cuando era residente, solíamos decir en broma que había cuatro reglas básicas de la medicina:


El aire se mueve hacia adentro y hacia fuera.
La sangre da vueltas y vueltas.
El oxígeno es bueno.
El sangrado siempre se detiene.


Atomizador de Vitamina 'O' estabilizada


La medicina alternativa se ha pegado a la regla numero tres y no se suelta. La razón, aparentemente, es que el oxígeno es necesario para la vida; por lo tanto, más oxígeno debería hacernos más saludables. De qué manera se relaciona esto con las afirmaciones de la medicina alternativa sobre los antioxidantes no está claro, pero eso es irrelevante.

EL OXÍGENO ES BUENO, así que deberíamos agregarlo a nuestros refrescos, y respirarlo en bares de oxígeno. Llévese un tanque de oxígeno a su casa, se sentirá mejor; los comerciantes de oxígeno también se sentirán mejor. El Dr. Andrew Weil, conocido gurú de la salud en Estados Unidos, aconseja a sus pacientes con fatiga crónica que le pidan a su médico una receta para tener, a prueba, un tanque de oxígeno en su casa. ¡Claro! ¿Por qué no? El dinero que pagan por el tanque, literalmente se desvanecerá en el aire, ¿pero a quién le importa? EL OXÍGENO ES BUENO


Ignórese el hecho de que es fácil averiguar si Ud. necesita oxígeno -midiendo la saturación de oxígeno en la sangre- con esa-pincita-que-le-ponen-en-el-dedito (conocida como oxímetro de pulso). ¿Qué importa si su sangre ya está saturada de oxígeno? EL OXÍGENO ES BUENO. Si su nivel de saturación de oxígeno es un poco menor del 100%, no hay evidencia de que elevarlo ayudará en algo; si su nivel de saturación es mucho menor y usted sí necesita oxígeno, cualquier médico competente debería haberlo diagnosticado sin problemas… Pero llévese un tanque a su casa de todos modos: EL OXÍGENO ES BUENO. ¿Está empezando a sonarle como mantra? Debería; estoy hablando de una creencia religiosa, no de ciencia.


Terapias de Oxígeno


Respirar oxígeno es aburrido; cualquier animal puede hacerlo. ¿Por qué no beberlo? La medicina alternativa ha encontrado maneras de usar el oxígeno en forma líquida. No, no se trata de oxígeno líquido, eso sería verdaderamente refrescante (a unos -150° C). Podría Ud. comprar un sistema de enfriamiento de agua para su casa, que infunde oxígeno al agua del grifo, por unos 1.600 dólares, y podría usted llamarlo "oxígeno líquido". O podría usar sustancias que liberan oxígeno. El ozono libera oxígeno. También lo hacen el peróxido de hidrógeno y los compuestos de cloro. Todas ellas son sustancias corrosivas, pero si las mezcla con algún líquido y se las bebe, liberarán burbujitas amigables de oxígeno en su estómago, y el efecto corrosivo se verá aminorado por la dilución. La corrosión puede ser mala, pero EL OXÍGENO ES BUENO.

Aquellos que recomiendan el peróxido de hidrógeno encontraron que hace maravillas en todo, desde la esclerosis múltiple y el cáncer, hasta las hemorroides y el resfriado. Se bañaron en él, se lo tomaron, se lo inyectaron intravenoso, y se lo bombearon por el recto. Nunca reportaron efectos adversos. Por otro lado, la literatura médica reportó que el peróxido de hidrogeno causó muertes por aeroembolia, gangrena, convulsiones, infarto y otras complicaciones. ¿Cómo es posible? ¿No sabían esos científicos que EL OXÍGENO ES BUENO?


¿Podría el oxígeno curar el cáncer y el SIDA? Intentaron las enemas de ozono. Intentaron el oxígeno a presión en una cámara hiperbárica. Incluso pusieron en coma a pacientes con cáncer mediante sobredosis de insulina con la esperanza de que, de alguna manera, regulara el flujo de oxígeno a las células cancerosas. Los científicos insistieron en que no había prueba de que estas terapias funcionaran, pero no podían probarle a los creyentes convencidos que NO funcionan. Los científicos insistieron en que estas terapias podían ser dañinas, pero ¿cómo algo tan natural como el oxígeno puede ser malo? EL OXÍGENO ES BUENO.


Los inventos no se quedaron atrás. La ciencia alternativa encontró una manera de poner oxígeno "eléctricamente activado" en el agua. Nadie sabe qué es el oxígeno "eléctricamente activado", pero suena impresionante. EL OXÍGENO ES BUENO y si es activado debería ser aun mejor.


Una vez que ha sido activado en el agua, Ud. puede tomarlo cómodamente y sin riesgos en forma de gotas. Puede ponerse unas gotas bajo la lengua o diluirlas en un vaso de agua y se sentirá mejor. Por supuesto, el oxígeno que contienen unas cuantas gotas de agua es muchos órdenes de magnitud menor al que contiene cada respiración. Por supuesto que el oxígeno no se absorbe por el estómago. Pero los peces obtienen su oxígeno del agua, y si ellos pueden nosotros también, con o sin agallas. EL OXÍGENO ES BUENO. Recomiendan que Ud. se lo beba, que haga gárgaras, que lo atomice por la nariz, que lo atomice en las heridas y en las plantas de su casa, en las verduras, pollo, mariscos y puerco para descontaminarlos. Puede incluso usarlo como una alternativa natural a los antibióticos, o dárselo a su perro para evitar su mal aliento. EL OXÍGENO ES BUENO- para casi todo.


La venta de oxígeno sin oxígeno


Han aparecido en el mercado varias marcas de oxígeno activado, cada una mejor que las demás. Finalmente apareció una compañía con la mejor de todas las ideas hasta el momento. Venden agua con un poco de sal y algunas trazas de minerales por 10 dólares la onza (unos 30ml), y simulan que tiene oxígeno activado.

La compañía Rose Creek Co. comercializa agua "oxigenada" que no contiene oxígeno. La propia compañía lo dice. En realidad dicen que contiene oxígeno que "no puede ser detectado" en el laboratorio. Su excusa es que los aparatos de precisión no pueden medir por arriba de 40 partes por millón de oxígeno. Supongo que si se sirven una jarra completa de café en la taza, ésta permanece vacía; y que si inflan las llantas de más crean un vacío. 


Esto probablemente tiene que ver con la homeopatía o con una realidad alternativa. EL OXÍGENO ES BUENO aun cuando no lo detecten los laboratorios.

Lo llamaron "Vitamina O". Dijeron que evitaría y curaría de modo efectivo las enfermedades respiratorias, los dolores de cabeza, las infecciones, la gripe, el resfriado e incluso el cáncer. Dijeron que regula el metabolismo, ayuda la digestión, relaja el sistema nervioso, aumenta la energía, promueve el sueño reparador, y agudiza la memoria y la concentración. Vendían 50.000 botellas al mes hasta que la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos (FTC) les arruinó la fiesta. En un acuerdo consensuado se les obligó a pagar 375.000 dólares por daños a los consumidores y a dejar de hacer afirmaciones falsas. Se les prohibió "hacer cualquier insinuación injustificada de que la efectividad de la Vitamina O ha sido demostrada por estudios o investigaciones médicas o científicas".


Cambiaron el nombre de la compañía por R-Garden Inc. y modificaron sus anuncios, pero no les bastó. Sabían que EL OXÍGENO ES BUENO (definitivamente era buen negocio) y querían algún estudio científico para poder sacarle la lengua a la FTC, así que contrataron al primer científico que encontraron, que pudiera dejar de reírse el tiempo suficiente para hacer algunas pruebas. Tuvieron que conformarse con un antropólogo. Se le ocurrió que el oxígeno faltante (ese que ya no estaba en el agua), debía aumentar los niveles de oxígeno en la sangre de personas anémicas, así que decidió medir la presión parcial del oxígeno y el bióxido de carbono en la sangre arterial (PaO2 y PaCO2), con la hipótesis de que ambos aumentarían con la "Vitamina O", pero no con un placebo.


Lo que sigue es moderadamente técnico así que se puede pasar por alto este párrafo y el siguiente si así lo desea. Si Ud. está anémico, tiene menos hemoglobina para transportar oxígeno. Pero los gases disueltos en la sangre no tienen nada que ver con la hemoglobina o la anemia. PaO2 y PaCO2 (las presiones parciales) miden la presión que cada gas ejerce. No miden la cantidad de oxígeno transportado por la hemoglobina. Es posible aumentar un poco la PaO2 a través de la hiperventilación, pero esto bajaría la PaCO2.


Los pacientes anémicos no tienen la PaO2 baja. En este estudio, todos los pacientes anémicos tenían PaO2 bajas. Esto no le resultó extraño al investigador. Cuando los pacientes tomaron "Vitamina O" su PaO2 subió, pero en la mayoría de los casos no llegó a niveles normales. Un par de ellos desarrollaron presiones parciales por arriba de 100 mm Hg, lo cual se supone es imposible en una atmósfera normal sin hiperventilar seriamente.


Tampoco notó nada extraño en esto. Por otra parte, también descubrió que la PaCO2 subía tanto como la PaO2. Normalmente esto indicaría hipoventilación, posiblemente debida a una severa enfermedad pulmonar, pero no se alarmó. Pensó que eliminaría más desperdicios nocivos y probablemente causaría "mayor juventud, mayor movilidad, mejor circulación, claridad mental agudizada, funciones cardíacas y pulmonares mejoradas, y energía física mejorada". (¿Perdón?) Por supuesto en varios pacientes la PaCO2 bajó cuando la PaO2 subió, pero esto no lo molestó. Aparentemente cree, al igual que Ralph Waldo Emerson, que la consistencia es una tontería que aflige a las mentes pequeñas.

Concluyó que había probado definitivamente que el oxígeno estaba presente en la "Vitamina O". En otras palabras, si uno encuentra niveles anormales de gases en la sangre, y varían de modo que la variación no esté causada por un incremento en la ingesta de oxígeno, eso prueba que la ingesta de oxigeno aumentó, lo cual demuestra que el aumento en la ingesta de oxígeno tenía que provenir de la "Vitamina O". Su lógica no estaba funcionando mejor que sus analizadores de gases en sangre.

Todos sus sujetos de investigación eran hutteritas, miembros de una secta anabaptista que viven comunalmente en grupos de entre 60 y 150 personas, en granjas colectivas, principalmente en el oeste de Estados Unidos y Canadá, y que permanecen aislados del resto de la sociedad. No explicó cómo los persuadió de no permanecer aislados de sus experimentos. Señaló que no fue necesario "ningún protocolo ni ninguna forma de consentimiento informado" debido a que el ministro de culto en jefe, podía tomar todas las decisiones a nombre de su rebaño y ordenarles que cooperaran. Por lo visto los hutteritas son mejores sujetos de experimentación que los prisioneros, porque de los prisioneros sí es necesario obtener su consentimiento informado. No se molestó en hacer análisis estadísticos de sus datos. No proveyó ninguna referencia. No esperaba que nadie tratara de replicar sus resultados. En lo que a él concernía, su experimento definitivo había probado de una vez por todas que hay oxígeno en la "Vitamina O". Rompió casi todas las reglas de la experimentación científica. Después de todo, no estaba buscando la verdad científica sino poner suficientes palabras en un artículo para cumplir con los requerimientos de la FTC.

En otro estudio, el mismo investigador descubrió una incidencia increíblemente alta del Síndrome de Fatiga Crónica entre los hutteritas. Y descubrió que la "Vitamina O" aliviaba los síntomas mejor que un placebo. En el informe de ese estudio, ofreció una intrigante descripción de su método experimental:

"Las tres características principales de este enfoque para evaluar la eficacia de substancias naturales hechas por el hombre [sic] fueron empleadas aquí: aleatoriedad, ceguera y medición de resultados predeterminados."


No sé que es una sustancia natural hecha por el hombre; estoy de acuerdo en que algún tipo de ceguera estaba operando; y si los resultados estaban realmente predeterminados, eso explica muchas cosas.


En esencia, la compañía financió estudios que pretendían ser científicos para poder fingir que habían demostrado que el pretendido oxígeno realmente está en su producto (y que realmente funciona). Este tipo de pensamiento difuso es típico de los promotores de la medicina alternativa. Proponen mantener la salud con tratamientos preventivos, naturales y cuya efectividad no ha sido probada, y desconfiar de tratamientos de la medicina convencional cuya efectividad sí ha sido probada. Se aprovechan de los miedos a la contaminación, a los aditivos en los alimentos, a los pesticidas y a los efectos secundarios de los fármacos. Juegan a hacer ciencia para apaciguar a sus críticos, pero no creen realmente en la ciencia: creen que tienen acceso a la verdad por medio de la intuición. 


Raramente refutan una teoría o reportan resultados negativos; pocas veces buscan explicaciones alternativas, sugieren que hacen falta más estudios para confirmar resultados, o buscan revisiones de pares. Creen en la habilidad del cuerpo de curarse a sí mismo comunicándose con las fuerzas vitales del universo. ¿Cómo puede la ciencia entender estos complejos fenómenos holistas? Los científicos no son siquiera suficientemente inteligentes para vender agua por $10 dólares la onza.

La ciencia no lo sabe todo. La intuición cuenta algo ¿o no? Hay más formas de saber que las que los científicos pueden imaginar. Y, de todos modos, ¿no es deslucida la verdad científica? Newton contradijo a Copérnico, y Einstein contradijo a Newton. Los paradigmas son inestables. Eventualmente los científicos tendrán que abandonar sus teorías materialistas y comprenderán que el universo no es más que una gran mente interconectada por un continuo cósmico, cuántico, inefable de estos-o-aquellos.


Los promotores de la terapia alternativa de oxígeno no se convencerán nunca de que no sirve. Como explica Lewis Carroll en Alicia en el País de las Maravillas, con la práctica se perfecciona:


"Uno no puede creer cosas imposibles." "Me atrevo a decir que no has practicado mucho" dijo la reina. "Cuando tenía tu edad lo hacía media hora diaria. ¡Vaya! he llegado a creer hasta seis cosas imposibles antes del desayuno."


La "Vitamina O" aún está a la venta. Los testimonios abundan. No se puede discutir con los creyentes convencidos. EL OXÍGENO ES BUENO.


Lecturas ulteriores


Acuerdo Consensuado FTC Publicación electrónica en www.ftc.gob/os/2000/05/index.htm
Barrett, Stephen. "La FTC ataca "Aseveraciones de oxígeno estabilizado"" Publicación electrónica en
www.quackwatch.org/04ConsumerEducation/News/vitamino.html
Cargos de la FTC. Publicación electrónica en
www.ftc.gob/os/1999/9903/rosecreekcmp.htm
Hall, Harriet 2003. "Un intento fallido de demostrar que hay oxígeno en la 'Vitamina O'." The Scientific Review of Alternative Medicine (7) 1:29-33.
Heinerman, John. "Demostrando la existencia de oxígeno elemental en un suplemento nutricional ("Vitamina O") por medio de análisis de gases en la sangre en hutteristas a los que se les administró tratamiento o placebo" Publicación electrónica en
www.rosecreekvitamino.com/original_research2002.html
Heinerman, John. "Suplementación con oxígeno eléctricamente activado mejora selectivamente la eficiencia energética en hutteristas con síntomas clásicos de síndrome de fatiga crónica"


Publicación electrónica en www.rosecreekvitamino.com/chronic_fatigue.html
Marks, Stan. "¿Vitamina O?" Publicación electrónica en
www.rgarden.net/forms/stanmarksinterview.htm



Harriet Hall, M.D., es medico de familia retirado y ex cirujano de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. E-mail: harriethall@comcast.net.

TELEFONIA Y SALUD


En 1993 una demanda judicial en EE.UU., que atribuyó un tumor cerebral en una mujer al uso de telefonía móvil (TM), inauguró una prolongada controversia sobre los riesgos para la salud que representan estos dispositivos. Actualmente un cuarto de la población mundial es usuaria de TM.

En nuestro país, existen cerca de 20 millones de teléfonos celulares, es decir, uno cada dos habitantes. Aunque la gente anhela que la pregunta, "¿son seguros los celulares?" sea respondida "sí" o "no", tales respuestas serían irresponsables en el estado actual del conocimiento.


Para principiantes


En la TM un aparato portátil se comunica con la antena fija (base) más próxima, la cual sirve a los usuarios situados dentro de su alcance, y constituye una "célula"; de allí el nombre de telefonía celular. Cuando el usuario se desplaza, su llamada es transmitida sin interrupción entre una antena y las siguientes. El radio del área atendida por cada antena es mayor en zonas rurales que en zonas densamente pobladas.
La información es portada por microondas, cuya frecuencia varía según el sistema de TM. Era de 450 ó 900 megahertz (MHz) para los sistemas analógicos, hoy en desuso, y es próxima a 900 y 1800 MHz para los sistemas GSM (Global System for Mobile Communication) actualmente empleados. La tercera generación de TM, en proceso de implementación, se denomina UMTS (Universal Mobile Telecommunication System) y trabaja a 2000 MHz. El funcionamiento de los sistemas actuales requiere además pulsaciones de muy baja frecuencia (2 Hz, 8,3 Hz y 217 Hz).


¿Cuál es tu onda?


Las microondas son radiaciones electromagnéticas, al igual que las ondas de radio, las ondas infrarrojas, la luz visible, las radiaciones ultravioletas y las radiaciones ionizantes (X y gamma). La energía de una radiación electromagnética es proporcional a su frecuencia. La energía de las microondas es relativamente baja, e intermedia entre la energía de las ondas de radio y las infrarrojas.

La energía de las microondas es insuficiente para ionizar moléculas -como los rayos X- o catalizar reacciones fotoquímicas, como los rayos ultravioletas. Las microondas poseen un efecto térmico. Una dosis de 4 W/kg durante 6 minutos aumenta la temperatura corporal en 1 ºC, cantidad significativa para efectos agudos. Para evitar efectos térmicos, la Comisión Internacional de Protección contra Radiación No Ionizante (ICNIRP) recomienda límites de absorción para el público general 50 veces menores, de 0,08 W/kg para el cuerpo entero y de 2 W/kg para la cabeza.

Una antena de GSM emite una energía de 10 a 50 vatios (W). Dada la direccionalidad de las antenas, la emisión cerca de su base es muy baja. La densidad de potencia es el valor en W que atraviesa la unidad de sección perpendicular a la dirección de propagación de las ondas. A 200 metros de una antena, la densidad de potencia a nivel del piso es menor de 1 microW/cm2.

En los aparatos modernos, la potencia se ajusta automáticamente al mínimo necesario para comunicarse adecuadamente con la antena más próxima (adaptive power control). Un teléfono celular emite una potencia máxima de 2 W, que corresponde a un valor medio de 0,25 W. La emisión en la inmediata proximidad de la cabeza y el cuerpo del usuario aumenta la energía absorbida. Obviamente, la energía efectivamente absorbida por el organismo es más importante que la energía emitida por los aparatos.

La dosis absorbida de microondas se cuantifica por la tasa específica de absorción (SAR, Specific Absorption Rate) cuya unidad es el W por kilogramo de masa. La dosimetría de microondas está mucho menos desarrollada que la dosimetría de la radiación ionizante. Por ello, muchas estimaciones son indirectas e imprecisas.

La dosis absorbida por la cabeza es 10 veces mayor del lado próximo al aparato que en el lado opuesto. El valor máximo de aumento de temperatura registrado en el cerebro de un usuario de TM es de 0,1 ºC. Es poco probable que tal incremento tenga consecuencias importantes. Se exploraron posibles efectos oculares, especialmente sobre la córnea y el cristalino. La energía absorbida es muy inferior a la que causa lesión térmica del ojo.


Esquivos efectos biológicos


La existencia de efectos biológicos de las microondas no implica que éstos sean perjudiciales para la salud. Se han postulado efectos no térmicos, aunque discriminar entre éstos y los efectos térmicos puede ser difícil. Además, el efecto de las microondas puede modificarse por las ondas de baja frecuencia superpuestas. Por ejemplo, una microonda modulada con una onda de baja frecuencia -pero no la microonda sola- aumenta la liberación de calcio del tejido nervioso.

Diversos experimentos sugirieron que las microondas podrían afectar la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, el electroencefalograma y el sueño, la fertilidad, la conducta y la presión arterial, pero los hallazgos no han recibido confirmación independiente. Otro tanto ocurre con síntomas como cefalea, mareos o intranquilidad. La TM puede afectar el funcionamiento de marcapasos e interferir con otros equipos de uso médico. Sin embargo, la mayor preocupación del público es que la TM aumente el riesgo de tumores.


De células, roedores, microondas y cáncer


La historia natural del cáncer abarca etapas sucesivas previas a la manifestación clínica, esquemáticamente clasificadas en iniciación, promoción y progresión. Una alteración genética inicial (mutación) en una célula se hace permanente y se transmite a su descendencia. Una sola mutación no produce cáncer en humanos; deben alterarse de cuatro a seis genes en la misma línea celular, lo cual demora muchos años. Con el tiempo, las células tumorales se multiplican descontroladamente, se tornan invasoras y pueden originar metástasis. El proceso puede ser facilitado por agentes que no causan mutaciones, pero modifican la expresión génica sin alterar el genoma (cambios epigenéticos), o favorecen la división celular y la sobrevida de las células transformadas, por ejemplo estimulando la formación de nuevos vasos sanguíneos o inhibiendo los mecanismos de defensa del huésped. Por tanto, que un agente no cause mutaciones por interacción directa con el ADN no implica ausencia de efecto sobre el desarrollo tumoral.

Muchos estudios han evaluado efectos genéticos (genotóxicos) de las microondas, tanto en células in vitro como en animales de laboratorio. Si bien se han descrito algunos efectos celulares, los resultados han sido mayormente negativos. Además, no es clara la relación entre los efectos observados y la carcinogénesis. Un estudio incluso sugirió una disminución de la incidencia de tumores cerebrales en ratas expuestas a microondas moduladas. En resumen, no existe evidencia experimental firme que establezca o descarte un efecto genotóxico o carcinogénico de las microondas.


La epidemiología, también incierta


Investigar un efecto carcinogénico de la TM es complejo por numerosas dificultades, de las cuales se darán ejemplos. Un problema obvio es determinar la intensidad de la exposición y la dosis absorbida en la población en estudio. Cuando se trata de tumores sólidos, es importante documentar si aumenta su incidencia del mismo lado en que se emplea el aparato. Un segundo inconveniente es que la tecnología de la TM cambia rápidamente, y los resultados obtenidos con un sistema de comunicación no necesariamente son aplicables a otro diferente. Tercero, el tamaño de la muestra necesario para afirmar o descartar un efecto puede ser enorme y puede ser difícil eliminar factores de confusión. En cuarto lugar, entre la iniciación y la manifestación clínica de los tumores sólidos pueden transcurrir décadas.

La mayoría de los trabajos publicados ha estudiado la asociación entre TM y tumores cerebrales, pero adolecen de uno o más de los defectos mencionados. Por ejemplo, el primer estudio, realizado en EE.UU., fue interrumpido por razones legales. El número de decesos fue muy pequeño para su evaluación estadística, se desconocía el tipo de teléfono de muchos participantes, y el tiempo de seguimiento fue demasiado breve. Como otro ejemplo, un estudio publicado en el British Medical Journal en 2006 no halló evidencia de aumento del riesgo de gliomas (tumor del tejido de sostén cerebral) en adultos. No obstante, menos de 7 % de los casos habían empleado TM por 10 años o más.

Otras investigaciones han hallado evidencia que sugiere que el uso intenso de TM por tiempo prolongado (mayor de 5 años) aumenta el riesgo de algunos tumores en el lado en que se emplea el aparato, como neuroma del nervio acústico, melanoma de la úvea y tumores cerebrales de origen neuroepitelial. Un estudio halló un aumento de la probabilidad de linfoma de células T en usuarios de TM análoga y digital, y de teléfonos inalámbricos.

Una revisión de 20 estudios publicados hasta 2003 afirma que uno de ellos provee apoyo débil, y otros 12 apoyo limitado o muy limitado a la hipótesis de una asociación entre cáncer y microondas. Significativamente, sin embargo, "ningún estudio provee apoyo para la suposición de ausencia de asociación".


"Por favor, no me corte"


La incertidumbre sobre el impacto biológico de la TM ha generado amplios programas de investigación actualmente en curso, como el REFLEX de la Unión Europea y el Interphone de la Organización Mundial de la Salud, sobre los efectos genotóxicos y carcinogénicos respectivamente.

Si evaluar el riesgo del uso de aparatos de TM es difícil, estimar el riesgo generado por las antenas supone obstáculos aún mayores. Las antenas proporcionan dosis mucho más bajas, pero la exposición puede ser prolongada y casi permanente.

Otra área de incertidumbre, donde queda todo por hacer, concierne a la población pediátrica, que presenta riesgos peculiares. Comparados con los adultos, los niños presentan máximos de absorción en frecuencias mayores, mayor tasa de división celular y más tiempo para desarrollar tumores. Además, el uso de TM ha aumentado enormemente en la población pediátrica.


Conclusión no concluyente


En el estado actual del conocimiento corresponde -aunque sea poco realista- recomendar prudencia en el empleo de la TM y en la localización de las antenas. Es poco probable que, en ausencia de una tecnología alternativa igualmente eficaz, nuevos datos puedan modificar en el mediano plazo el impetuoso avance de la TM. Esto se debe en parte a obvios intereses económicos, pero asimismo a los beneficios percibidos por los propios usuarios. Pocos prescinden de la electricidad porque algunos se electrocuten, o del automóvil a causa de los accidentes.

A propósito, el mayor riesgo para la salud demostrado de la TM poco tiene que ver con las microondas. Emplear el teléfono mientras se conduce un vehículo disminuye la atención al entorno y retarda las reacciones frente a acontecimientos imprevistos. Esto aumenta varias veces la probabilidad de sufrir un accidente, incluso uno que requiera hospitalización. El aumento de riesgo es similar para conductores jóvenes y mayores, y para los usuarios de teléfonos convencionales o de "manos libres".


Bibliografía selecta sobre telefonía móvil y salud


Se ha dado prioridad a las publicaciones más recientes, que contienen referencias a estudios previos.
Colonna A. Télephonie cellulaire et cancer: où en est-on? Bulletin du Cancer 92: 637-643, 2005.
Cotgreave IA. Biological stress responses to radio frequency electromagnetic radiation: are mobile phones so (heat) shocking? Archives of Biochemistry and Biophysics 435: 227-240, 2005.
Dasenbrock C. Animal carcinogenity studies on radiofrequency fields related to mobile phones and base stations. Toxicology and Applied Pharmacology 207: S342-S346, 2005.
Feychting M, Ahlbom A, Kheifets L. EMF and health. Annual Review of Public Health 26: 165-189, 2005.
Hepworth SJ, Shoemaker MJ, Muir KR, Swerdlow AJ, van Tongeren MJA, McKinney PA. Mobile phone use and risk of glioma in adults: case-control study. British Medical Journal (Published 20 January 2006).
WEB LINK
ICNIRP Standing Committee on Epidemiology. Epidemiology of health effects of radiofrequency exposure. Environmental Health Perspectives 112: 1741-1754, 2004.
Karger CP. Mobile phones and health: A literature overview. Zeitschrift für Medizinische Physik 15: 73-85, 2005.
Kundi M, Mild KH, Hadell L, Mattson MO. Mobile telephones and cancer - A review of epidemiological evidence. Journal of Toxicology and Environmental Health Part B 7: 351-384, 2004.
McEvoy SP, Stevenson MR, McCart AT, Woodward M, Haworth C, Palamara P, Cercarelli R. Role of mobile phones in motor vehicle crashes resulting in hospital attendance: a case-crossover study. British Medical Journal, (Published 12 July 2005).
Moulder JE, Foster KR, Erdreich LS, McNamee JP. Mobile phones, mobile base stations and cancer: a review. International Journal of Radiation Biology 81: 189-203, 2005.



Fernando D. Saraví es Profesor de Física Biológica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, Jefe del Servicio de Densitometría Ósea de la Escuela de Medicina Nuclear, y Profesor visitante de Radiobiología de la Maestría en Física Médica del Instituto Balseiro. E-mail: fsaravi@fcm.uncu.edu.ar

CONVERSACION

Hace unos años tuve un debate con mis dos hermanas. La mayor, Christina, confesó que había pasado a ser una cristiana devota. La menor, Jennifer, no pudo admitir la historia cristiana por completo (no pudo aceptar, por ejemplo, que Jesús era el hijo de dios), pero se sintió incapaz de renunciar a la posibilidad de que "hay algo, ahí afuera, más grande y más complejo de lo que podemos imaginar". En el otro extremo, yo soy ateo porque no creo que exista un dios, y punto. Los tres nos criamos en el mismo hogar -en Venezuela, un país casi completamente católico- y, a pesar de que nunca me sentí obligado por mis padres a participar en ritos y funciones religiosas, me parece interesante que los tres hayamos llegado a tener puntos de vista tan divergentes acerca de la existencia de Dios. ¿Cómo es posible? Dejo la respuesta para los psicólogos, pero el hecho de haber compartido esta conversación nos presentó un dilema interesante. Por un lado, la charla tuvo un carácter necesario. Christina y yo (no tanto Jennifer), por razones diferentes, pensábamos que era importante resolver el asunto de la existencia de Dios. Por otro lado, especialmente al final de nuestro intercambio, la conversación tomó un carácter fútil. Nuestras diferencias eran tan profundas que poco a poco perdimos la esperanza de llegar a algún acuerdo. Entonces, ¿cómo podía una conversación ser necesaria y completamente inútil al mismo tiempo? 

Ésta es la pregunta que propongo responder aquí.


La parte necesaria


Cuando hablo de necesidad, no debe ser difícil ver que me refiero a una necesidad moral. Dejando aparte las complejidades filosóficas de un sinfín de teorías éticas, creo que -para mi propósito- es suficiente empezar con la sugerencia de que todos nosotros, siendo seres humanos, tenemos deberes que nos son lisa y llanamente obvios: a primera vista sabemos que hay ciertas cosas que tenemos que hacer. Por ejemplo, si intuimos que alguien va a sufrir, sentimos la necesidad de prevenirlo. Por lo tanto, si Christina cree que yo voy a sufrir por las decisiones que estoy tomando, y ella cree que puede persuadirme para cambiar mi comportamiento (por otro que evite dicho sufrimiento), ella ha de sentir la necesidad moral de persuadirme.

Por ende, para la persona cristiana debe ser obvio que los ateos están en peligro, así que no podemos (o por lo menos no debemos) culpar al cristiano que se la pasa ganando prosélitos: simplemente está tratando de prevenir un daño. Más claramente, el cristiano está (o cree que está) previniendo al ateo del sufrimiento - eventual pero eterno- que le espera. El Infierno es un lugar terrible, y sería una buena acción evitar que alguien termine allí.

Aparte del deseo de prevenir un daño, el cristiano está siguiendo las órdenes de su Santa Biblia, particularmente las últimas palabras del evangelio de Mateo, al enseñar a los demás acerca del cristianismo y de sus prácticas. Así que podríamos afirmar -sin temor a equivocarnos- que para la persona religiosa, en la práctica, al tratar de convencer a otro de la verdad, existe un componente moral serio, inminente.

Cualquier persona que no sea cristiana, a quien la persona cristiana-consciente esté tratando de convertirle, puede seguir el ejemplo de Hatuey. Hatuey fue un indio taíno que vivió en Cuba en los tiempos de la conquista. La leyenda dice que Hatuey fue enterrado hasta la nuca por sus captores españoles, quienes le dijeron que para no ser dejado ahí debía bautizarse cristiano. Hatuey les preguntó si, como consecuencia de ser cristiano, al morir iría al mismo Cielo donde irían sus captores. Como ellos dijeron que sí, Hatuey respondió: "Entonces prefiero ir al otro lugar (al Infierno) y morir ahora". Lo que podemos sacar de esta leyenda es esto: ¿es un dios tan selectivo un dios bueno? Es decir, es plausible que el adversario prefiera ir al Infierno en vez de participar en un sistema potencialmente injusto, como lo parece ser el cristianismo, basado en el criterio de selección a privilegios.

En todo caso, la necesidad moral no ha de ser sentida sólo por el cristiano. El ateo también debe sentirse obligado a afectar la manera de pensar del cristiano. ¿Por qué? Porque la religión también es culpable de ciertos daños. Aquí mencionaré sólo el daño que más me preocupa.

Los cristianos fundamentalistas creen que la Biblia es verídica, tal y como está escrita. Para ellos es cierto que Dios creó a Adán del polvo y a Eva de la costilla de Adán. Noé de verdad construyó el arca y de verdad puso esos animales adentro, etc. Cuando se trata de estos asuntos, no existe ni la reflexión científica, ni la lógica, ni el sentido común; lo que existe es la aceptación ciega de que, si está escrito, así ha de ser. Esta insistencia de que uno ha de dejar de pensar, de que uno simplemente debe aceptar algo sin argumentos, es dañina. Y, a pesar de que es cierto que los fundamentalistas no representan a todos los cristianos, cuando se trata de la función de la razón y la ciencia, yo diría que todos ellos, y quizá los creyentes de todas las demás religiones, llegan a un punto después del cual se puede (y a veces se debe) abandonar el uso de la razón y del pensamiento crítico.


La parte útil


Cuando uno cree en algo que no está basado en evidencia, este acto tiene un nombre: fe (así lo define la misma Biblia, en el libro de Hebreos, 11:1). Cuando yo digo que "tengo fe que Venezuela calificará para el campeonato mundial de fútbol", estoy diciendo algo parecido a que "no tengo ninguna razón para creer que Venezuela calificará, pero lo voy a creer de todas maneras". Si en medio de una conversación (¡sobre cualquier tema!) alguien dice que cree en X a pesar de no tener razón alguna para creerlo, ¿qué puedo responder yo? Claramente, cuando se abandona el uso de la razón, se puede ver por qué el diálogo pasa a ser inútil: no hay más que decir. La conversación cesa.

Al principio de la charla con mis hermanas, yo dije que para que una conclusión sea aceptada como verídica tienen que ocurrir dos cosas. Primero, los datos que se presentan han de ser verdaderos. En otras palabras, las proposiciones que se usan para apoyar una conclusión (estas proposiciones se llaman premisas) han de poder ser verificables como ciertas; debe haber una manera de saber si son verdad o no. Segundo, aún si estas premisas son verdaderas, el argumento propuesto debe ser válido. Esto quiere decir que la estructura del argumento ha de ser tal que, si las premisas son verdaderas, se garantice también que la conclusión será verdadera (resulta que hay veces que premisas que son ciertas no apoyan a la conclusión propuesta). Mi argumento general, que propone lo que se requiere para tomar una conclusión como verídica, fue aceptado sin problemas.

Entonces sugerí que para aceptar que la conclusión "Dios existe" es verdad, primero tenemos que poder definir Dios, después tenemos que poder explicar claramente qué queremos decir con existe y, por último, tenemos que poder hacer una lista de cosas que cuentan como evidencia de que Dios (tal como fue definido) existe (tal como fue explicado).

Christina entonces empezó a enumerar las cosas que ella tomaba como razones para creer en Dios, y yo, como un pistolero, empecé a dispararle huecos a sus razones. A veces le mostraba que las premisas no eran ciertas, otras veces que no había manera de saber si eran ciertas. En otras ocasiones sugerí que el argumento en sí era inválido, así que, a pesar de tener premisas posiblemente ciertas, la conclusión no le seguía lógicamente.

Así fue que surgió la fe. Para Christina, creer en Dios no fue el resultado de un proceso intelectual. Es más, para ella, creer en Dios no puede -ni debe- ser el resultado de un proceso de razonamiento. La única manera que queda es la de creer sin razones: la de creer por fe. Pero al llegar a este punto, no hay más que yo pueda decir. Si pregunto por qué se necesita sólo la fe, ella puede responder: "Lo estás haciendo otra vez. Estás pidiendo razones para algo que no lo necesita."

Esta posición, la de decir que ciertas cosas no requieren de la razón, que algunas cosas tienen que ser aceptadas sólo por fe, tiene un nombre: fideísmo. Yo, por supuesto, me considero un antifideísta. El problema para todo aquel que está de mi lado, es que el demandar razones no hace mella en el que insiste que sólo la fe (la falta de razón) produce la creencia en asuntos de religión. Pero ahí, entonces, la conversación cesa.

Para romper el silencio, algunos dicen que uno simplemente ha de respetar la opinión del otro. Al llegar a nuestro primer desacuerdo, Christina me dijo: "Yo respeto tu opinión de ser ateo". Yo le di las gracias, pero añadí que no era un caso de opinión, sino uno de hecho: o existe o no existe Dios. Es verdad que hay que respetar a la persona, pero cuán ridículo sería decir que yo respeto la opinión de aquél que cree que 2 + 2 son 5.

Cuando se llega a estos desacuerdos, especialmente aquéllos que tienen componentes morales, es fácil sentir inquietud. Es como una picazón en la espalda que molesta, pero que no puedo alcanzar a rascar. En esta yuxtaposición de necesidad e inutilidad, creo que es importante entender: 1) que el asunto es moral de ambos lados (no sólo para el cristiano que quiere salvar al ateo del Infierno); 2) que cuando un lado invoca la fe, el otro lado no puede invocar la razón como respuesta; y que, 3) a pesar de que sí se ha de respetar a la persona, no hay por qué respetar una proposición que no es verdad.

Reanudar la conversación acerca de la existencia de Dios con mis hermanas sería más o menos tan inútil como hablar con un colega que detesta las anchoas y tratar de convencerlo de que son divinas. La única diferencia es que creer que las anchoas son ricas no afecta ni a la vida eterna ni a la necesidad del uso de la razón.



Carlos E. Bertha es profesor de filosofía en la Academia de la Fuerza Aérea Norteamericana en Colorado Springs, Colorado, EE UU.

PSICOFONIAS


Todos hemos oído hablar de las psicofonías. Hace tiempo que estas ”voces de los muertos” forman parte de la cultura de masas. Lo demuestra su aparición en éxitos del cine de terror como El sexto sentido, The ring y especialmente la reciente White noise. Incluso la conservadora Real Academia Española registra desde 2001 una definición precisa en su diccionario: “1. f. En parapsicología, grabación de sonidos atribuidos a espíritus del más allá.”

Las psicofonías o fenómeno electrónico de voces (en inglés, EVP) son una parte de la llamada transcomunicación instrumental (TCI), una especialidad parapsicológica dedicada al contacto con los espíritus por medio de medios electrónicos. Dejando de lado la producción impresentable de cazafantasmas y farsantes televisivos, ¿hay algo de verdad en esta comunicación con el más allá?



La tradición espiritista


Para entender el origen de la transcomunicación instrumental y de la misma parapsicología es indispensable remontarse hasta sus orígenes a mediados del siglo XIX.


Aunque la creencia en los espíritus y la comunicación con los muertos es tan antigua como el ser humano y pueden rastrearse en la cultura occidental sus antecedentes desde el siglo XVIII 1, el nacimiento de la religión espiritista se fecha el 31 de marzo de 1848. Es el día a partir del cual las hermanas Fox, las niñas Margaret y Kate, asombran al mundo desde su casa en Hydesville (Nueva York) al recibir de los espíritus respuestas inteligentes en forma de golpes aparentemente inexplicables. Tras las pioneras, pronto aparecieron más personas que decían obtener recados del trasmundo a través de manifestaciones cada vez más aparatosas: fotos de fantasmas, ectoplasma, materializaciones de objetos, apariciones...

Sobre el autor


Gerardo García-Trío San Martín es estudiante de Filología Hispánica y corrector profesional. Es colaborador en revistas dedicadas al análisis crítico de los supuestos fenómenos paranormales y miembro del Círculo Escéptico.

CLONACION


Se denomina clonación al proceso consistente en activar la división de un óvulo reemplazando su núcleo por el de una célula somática de otro organismo. El resultado es un embrión con una constitución genética nuclear idéntica a la del organismo donante del núcleo.

Como otros temas fascinantes, se halla rodeada de un halo de leyenda y concepciones erróneas. Cuando el concepto recién comenzó a popularizarse, era común imaginar que el fruto de una clonación era una copia del organismo: al clonar una persona adulta se obtendría otra de la misma edad aparente que compartiría hasta su psiquismo.


En contraste, hoy continúa siendo aceptada —incluso por individuos altamente instruidos— la idea de que el clon de un organismo dado es idéntico al donante del núcleo, sólo que una generación atrasado. Partiendo de la premisa de que todo rasgo identificatorio hasta ahora exclusivo de cada individuo sería entonces compartido por varias personas, se predice toda clase de consecuencias sociales disruptivas. ¿Cuánto hay de verdad en esta creencia?


Es necesario tener en cuenta que dividiendo un embrión en el estadio de mórula (inmediatamente siguiente a la fecundación, constituido por unas pocas células aún indiferenciadas), se obtienen tantos embriones como partes en que se la divida. Este mecanismo forma parte del proceso reproductivo regular de los armadillos y ocasionalmente ocurre en otras especies, incluida la nuestra. Al desarrollarse tales embriones originan lo que llamamos “gemelos idénticos”.


El parecido físico es lo suficientemente impactante como para haber inspirado a la comedia desde el teatro griego hasta el vaudeville, sin omitir a Shakespeare. Pero más allá de eso ¿qué tan idénticos son los miembros de una camada de “gemelos idénticos”?


Cuando en febrero de 1986 la portada de la National Geographic Magazine mostró dos terneros Holstein “idénticos” resultantes de la escisión de una mórula obtenida mediante fertilización in vitro, un lector señaló airadamente que sus patrones de manchas blancas y negras diferían ostensiblemente. La redacción le aclaró inmediatamente que la pigmentación de cada folículo piloso individual no estaba determinada genéticamente, y en cambio se adquiría en forma caótica durante el desarrollo de cada organismo, resultando en patrones distintos aunque los genes fueran los mismos. Bien: algo semejante sucede con el plegado de la dermis humana que da origen a las huellas digitales humanas, rasgo en que los gemelos “idénticos” nunca serán tales.

El potencial para las divergencias no termina aquí: hay numerosos casos, perfectamente documentados, de pares de gemelos “idénticos” en que uno de ellos es neurológicamente normal y el otro es esquizofrénico. Es necesario aclarar que la definición de “esquizofrenia” involucrada no es la de principios del siglo XX (una mera colección de síntomas clínicos o conductuales no exenta de vaguedad) sino la actual, que además de un cuadro mucho más preciso (donde el rasgo más sobresaliente son las alucinaciones auditivas) incluye rasgos inequívocamente objetivables, como un patrón de actividad característico observable mediante resonancia magnética nuclear dinámica, e incluso anatómicos, como ventrículos cerebrales anormalmente dilatados. Una posible explicación genética consiste en que estos pares poseen una variante de un gen crítico en la determinación de la esquizofrenia, que es “frágil” o propensa a sufrir mutaciones somáticas o inactivaciones anormales. Así, cada miembro del par tiene en su organismo un mosaico formado por líneas celulares normales y mutantes; la esquizofrenia se origina cuando, en el más desafortunado, el cerebro se desarrolla a partir de una línea mutante.


¿Qué hay, pues, de los clones?


Bien, el caso es que los gemelos idénticos se originaron de un mismo óvulo. Además de la mitad del genoma nuclear, éste aporta lo que se conoce como efecto materno: la casi totalidad de su citoplasma (responsable por el desarrollo embrionario inicial) y las mitocondrias. Estos orgánulos celulares son llamados “usinas energéticas” de la célula ya que su función principal es oxidar los alimentos; además, cumplen funciones clave en la producción de hemoglobina y la síntesis de hormonas esteroideas. Llevan su propio material genético independiente del que se halla en el núcleo celular y a diferencia de éste no se recombina, heredándose directamente por vía materna. Asimismo existe una amplia gama de enfermedades debidas a defectos mitocondriales, que van desde una ligera intolerancia al ejercicio hasta cuadros neurológicos severos.

Si se intentara clonar a una celebridad, es casi seguro que no se podrá replicar el efecto materno por no disponerse de un óvulo idéntico al original —muy probablemente ni siquiera resulte asequible uno de su misma madre, por haber alcanzado ésta una condición reproductiva postmenopáusica (y muy difícilmente disponga de óvulos congelados, ya que ésta es una tecnología nueva y relativamente costosa que recién están comenzando a utilizarla algunas mujeres comprometidas con carreras demandantes, que no desean renunciar a la maternidad).

El ADN mitocondrial es hoy utilizado rutinariamente en pruebas forenses porque además de heredarse íntegro por vía materna, resiste a la degradación mucho mejor que el ADN nuclear.

En consecuencia, hemos averiguado que los gemelos “idénticos” son más semejantes entre sí de lo que jamás podrían serlo un individuo y su clon; que aún así están condenados a diferir en las huellas digitales, un rasgo de cardinal importancia forense, e incluso pueden tener diferencias abismales en su condición neurológica. Y todo esto, mucho antes de ingresar al tortuoso debate “naturaleza vs. crianza”. ¿Qué queda para un clon, que ni siquiera comparte el efecto materno? Por supuesto que las semejanzas serán impactantes, pero estarán a años luz de la cuasi-identidad que les atribuye el folklore moderno.


Los temidos “superhombres”


Otra pesadilla futurista asociada con la clonación son los ejércitos formados por superhombres producidos en serie, popularizada en la ficción principalmente por la saga Star Wars (y lo único que nos separaría de esto es que la clonación humana aún no está disponible). Cierto: aún no podemos clonar a los individuos con rasgos privilegiados genéticamente determinados, pero sí es posible producir en masa individuos que compartan una constitución genética considerada óptima para ciertos fines.

Para empezar, se puede localizar a los “superhombres” y “supermujeres” revisando historias clínicas de astronautas, pilotos de jet o atletas olímpicos. Luego se los monitorea en busca de anomalías genéticas recesivas (ocultas en una constitución saludable pero listas para manifestarse en la progenie al interactuar con contrapartes aportadas por el otro progenitor), lo que puede hacerse en dos etapas: la primera involucra el estudio microscópico de sus cromosomas y la segunda el uso de sondas de ADN para detectar defectos no evidentes en la morfología cromosómica. Esto puede complementarse con una revisión de los antecedentes familiares de los candidatos, si están disponibles. A continuación, se realiza una fertilización in vitro con esperma y óvulos provenientes de los candidatos. Las mórulas obtenidas son escindidas para producir “gemelos idénticos artificiales”. Como un control final, una “copia” de cada una se implanta en un vientre sustituto a fin de monitorear clínicamente el desarrollo de los individuos así obtenidos, mientras su contraparte es identificada y congelada. Cuando se disponga de datos concluyentes sobre esta “cohorte testigo”, las mórulas correspondientes a los mejores resultados serían multiplicadas geométricamente mediante nuevas escisiones, implantándolas en vientres sustitutos y congelándose siempre un stock de reserva. Es necesario aclarar que el resultado seguramente sería mejor que una aún hipotética clonación exitosa, por lo mismo que ha convertido al sexo en algo tan grandioso: permitiría combinar aportes genéticos de alta calidad en vez de restringirse a uno.

La tecnología para realizar esto no sólo no requiere de la clonación: se halla disponible desde principios de la década del '80. La primera fertilización humana in vitro exitosa se logró en 1978, a la par de la congelación de embriones tempranos. La escisión de mórulas comenzó a practicarse experimentalmente con erizos de mar (cuyos embriones tempranos son esencialmente equivalentes a los nuestros) en el siglo XIX. Desde la primera mitad del siglo XX se hallan disponibles los estudios cromosómicos, y ya desde hace algunas décadas se cuenta con técnicas para la detección de defectos genéticos con análisis de ADN (y el desarrollo de una “cohorte testigo” subsanaría cualquier posible carencia en esta fase). El único limitante puramente instrumental sería la disponibilidad de vientres sustitutos, pero un avance en la tecnología llamada del “útero artificial” podría allanarlo drásticamente; aunque el progreso en este campo enfrenta dificultades técnicas, éstas pueden considerarse triviales en comparación con las planteadas por la clonación.

Los principales obstáculos a la creación de tales “ejércitos de superhombres” son de orden económico (costos), y político (ilegalidad o repudio unánime a los procedimientos empleados; tiempo requerido para implementarlos; dificultad en ocultarlos) antes que tecnológico. Pero todos ellos se vuelven irrelevantes cuando un régimen político es capaz de manejar arbitrariamente los recursos, sabotear los controles de gestión, suprimir el disenso, eternizarse en el poder y moldear la opinión pública mediante la propaganda.

Una vez más, la única estrategia eficaz pasa por defender la democracia y controlar a todas las tecnologías, en lugar de demonizar exclusivamente a alguna de ellas erigida en chivo emisario de actitudes tecnofóbicas basadas en mitos. Y es necesario reemplazar a éstos por información útil para el ejercicio de la crítica.



Mariano Moldes es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires con orientación en Ecología, dedicándose a la divulgación científica y el esclarecimiento del público respecto de concepciones pseudocientíficas populares. Actualmente se halla trabajando en problemas de genética y teoría de la evolución.

HISTERIA COLECTIVA


AUNQUE LA HISTERIA COLECTIVA SE MANTIENE VIVA EN EL SIGLO VEINTIUNO, SU DIAGNÓSTICO AÚN SUELE RESULTAR MOLESTO.FRENTE A LA CONCLUYENTE EVIDENCIA EN CONTRA, A MENUDO SE LA NIEGA EMOCIONALMENTE AFIRMANDO QUE ES UN FENÓMENO QUE SOLAMENTE LES OCURRE A LOS DEMÁS.


En el siglo veintiuno, hay un nuevo hombre de la bolsa merodeando en el mismo submundo sombrío que alguna vez fuera dominio de espectros y duendes: la histeria colectiva. Olores fantasmales, enfermedades misteriosas y el pánico al terrorismo están minando la ciencia y costándole — en pérdidas de productividad y salarios— millones de dólares a las empresas y a los trabajadores. Conocida por el término enfermedad psicogénica de masas —más formal (y políticamente correcto)— la histeria colectiva se refiere a la rápida expansión de síntomas y signos de enfermedades sin base biológica alguna.


Constituye un problema serio no reconocido que crea una carga financiera en los servicios de emergencias, agencias gubernamentales y las escuelas o lugares de trabajo afectados (que muchas veces deben permanecer cerrados durante días o semanas). Mientras tanto, los contribuyentes deben sobrellevar el peso mientras los funcionarios de Salud Pública y Medioambiente hacen sus investigaciones. El miedo y la incertidumbre a menudo llevan a otros trastornos de ansiedad y problemas de salud relativos al estrés. Existen muchos ejemplos recientes.



Robert Bartholomew es autor de Hoaxes, Myths and Manias: Why We Need Critical Thinking, escrito junto con Benjamin Radford.


Benjamin Radford es Director de Publicaciones del CFI y graduado en psicología. Es Editor Jefe de las revistas Skeptical Inquirer y Pensar.

POR QUE SI?


Quienes nos dedicamos a difundir el pensamiento crítico estamos acostumbrados a cosas que, en circunstancias “normales”, deberían ser excepcionales: pasamos mucho tiempo contestando por qué no creemos en los platillos volantes, en Dios, en la astrología, en las medicinas alternativas y en un largo etcétera de asuntos que tienen que ver con el mundo paranormal o sobrenatural. Sostengo que —a menos que sea estrictamente necesario— es inconveniente exponer las razones por las cuales no creemos en algo, sino más bien solicitar a nuestro interlocutor/a creyente que antes nos explique por qué él/ella sí lo hace. 

En reuniones de familia y amigos, merodean temas pertenecientes al ámbito pseudocientífico o sobrenatural. Compartiendo una copa de buen vino, súbitamente nos encontramos con la pregunta: “¿Cuál es tu signo?”. Si uno es sincero y responde lo que piensa, contestará: “yo no creo en la astrología”. Pero ¿cuántas veces hacemos nosotros la pregunta inversa? Esto es, ¿cuántas veces respondemos: “y por qué cree usted en los signos”? No encuentro razón alguna para poner el carro delante del caballo, y esto no es un mero recetario para tertulias familiares. Es una suerte de principio epistemológico, ontológico y práctico que creyentes y no-creyentes debemos aplicar con naturalidad en nuestras conversaciones cotidianas.

¿Damos un cheque en blanco a cualquiera? ¿Compramos una casa sin verla y revisarla? 

En “La importancia de la investigación y la amenaza de los mitos” (Pensar, Vol. 4, Nro 1), Benjamin Radford recuerda que a los botánicos no se les pregunta si creen en la fotosíntesis, ni a los físicos si creen en la gravitación. Pero a quien descree de fábulas y mitos se le conmina permanentemente a responder por qué no les da crédito. Es el mundo del revés, donde se considera un mérito creer sin ver y casi una falta moral ver para creer.

Para sostener una discusión acerca de estos asuntos es imprescindible contextualizar lo que se dice, saber encuadrarlo, (lo que en inglés se denomina framing). Y ello requiere la capacidad de poder expresarnos en positivo, como se dice coloquialmente. Por ello, existe toda una gama de estrategias para debatir en términos equitativos y racionales, tratando de evitar falacias, eslóganes y golpes bajos. De esto saben los expertos en marketing: resalte las características por las cuales su producto se destaca, diga por qué es bueno y útil. No gaste tiempo en advertir a los consumidores sobre lo que su producto no puede hacer o no tiene.

Retomando el ejemplo de la compra de la casa citado arriba, sería mucho más útil que quien la compra sin verla o revisarla, nos explique por qué lo hace, en lugar de exponer por qué no habría que hacerlo. Traducido al ejemplo del cóctel: antes de hablar sobre los signos, por favor dígame por qué Júpiter va a influir sobre mi comportamiento. Me pregunto cuántos de aquellos newagers que adoran lo “natural”, detestan lo “artificial” y añoran los tiempos pasados, se ofrecerían para volver —por ejemplo— al siglo XVI, donde no había antibióticos, anestesia, ni electricidad, en un mundo sumido en la ignorancia, donde el universo estaba constreñido a los caprichos de un Dios o a los de sus intermediarios...


Con toda seguridad, debemos enviar un mensaje en términos alentadores, esto es, ilustrar —con ejemplos— por qué la difusión de la ciencia y el pensamiento crítico nos ofrece mejores condiciones de vida, y por qué es apropiado alejarnos de las supersticiones y de los temores inspirados en creencias dañinas. Por ello incluimos en la columna “Controversia” del presente número una suerte de manifiesto ateo escrito por Mauricio-José Schwarz, que, a mi modo de ver, puede inspirarnos para vivir con valor y esperanza, sin depender de padres sobrenaturales.


Hoy parece que quien afirma cosas extraordinarias, lo hace con total desparpajo e ignorancia, y ello se debe a que la búsqueda de la verdad se ha transformado en un valor casi desprestigiado, denostado y hasta incluso amenazado.


Ahorremos tiempo y esfuerzo. Demasiado ocupados estamos como para sobrellevar una carga que no nos pertenece.



Alejandro J. Borgo es director de la revista Pensar y director del Center for Inquiry/Argentina.

SUPER TIERRA


¿Hay alguien ahí todavía?


"Super Tierra" es el primer planeta parecido a la Tierra que fue descubierto fuera del Sistema Solar. Está muy lejos, pero quizás albergue algún tipo de vida (tiene temperaturas que oscilan entre cero y cuarenta grados centígrados). A raíz de este descubrimiento, le preguntaron a Daniel Altschuler, físico uruguayo que estuvo a cargo de la oficina de comprensión pública de la ciencia del radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, donde se busca vida extraterrestre: " ¿Y a usted qué le parece? ¿Estamos solos?"Altschuler contestó: 

"Parece claro que no estamos solos, aunque esto no signifique nada, ni humanoides ni nada de eso. Pensarlo sería continuar con nuestra arrogante idea de que somos especiales cuando sabemos que ni siquiera nos diferenciamos tanto de otros animales. Además, seguiremos solos, incomunicados, dadas las enormes distancias y los límites que impone la velocidad de la luz. Y para eso no hay solución tecnológica, como muchos piensan".Durante la entrevista publicada en el número de julio/setiembre de la
revista Pensar, también le preguntaron a Altschuler por qué vale la pena seguir buscando señales de vida extrarrestre:

"Durante unos diez años el radiotelescopio (de Arecibo) escudriñó las estrellas más cercanas en búsqueda de una señal. No se detectó nada, pero la falta de evidencia no es evidencia de falta. El esfuerzo vale la pena, principalmente porque no cuesta mucho y porque el que no busca no encuentra. Menos astuto me parece enviar humanos a Marte, una empresa que a mi entender es más bien una panacea para el complejo militar industrial de los Estados Unidos y no una prioridad científica". Sin embargo, las misiones a Marte (hasta ahora no tripuladas por humanos) no cesan. Después del 3 de agosto, la NASA lanzará
la misión Phoenix, que costará 420 millones de dólares. Esta misión se envía para observar y cavar en el polo norte de Marte, donde podría haber remanentes de un antiguo mar.

HEMISFERIO IZQUIERDO


¿Por qué la música ejercita el hemisferio izquierdo del cerebro?


El cerebro se encuentra organizado en áreas específicas, tejidos con funciones específicas que se encuentran formadas por tipos neuronales específicos y se regulan o comunican entre sí. De este modo cada región puede ejercer el control de funciones como los sentimientos, el movimiento, la memoria, los sentidos y entre ellos la música. Analizando pacientes con un hemisferio u otro lesionado, se ha identificado que la información musical se procesa secuencialmente, primero el hemisferio derecho reconoce inicialmente el contorno melódico y la métrica y, posteriormente, el hemisferio izquierdo lo analiza detalladamente como las características tonales, el intervalo y el ritmo.

EPILEPSIA


¿Por qué se producen los ataques de epilepsia?


La epilepsia consiste en la aparición de cambios repentinos en la actividad eléctrica cerebral, debido a un funcionamiento anormal o patológico de las células nerviosas. Estas “crisis epilépticas” o “ataques epilépticos” pueden producir cambios en el estado consciente del individuo afectado, así como en su comportamiento motor. Las crisis epilépticas pueden aparecer en cualquier edad, raza y sexo. En general, cualquier fenómeno que afecte la actividad cerebral puede producir una crisis epiléptica. Pero, en la práctica, en muchos casos no se puede determinar, desde el punto de vista médico, la causa de una epilepsia. 


Agentes potencialmente causales de crisis convulsivas pueden ser los traumatismos craneales, la aparición de tumores craneales o de otros fenómenos que compriman el tejido nervioso, la falta de una adecuada oxigenación cerebral durante el parto, algunas enfermedades infecciosas (encefalitis, meningitis), etc.

DESCARGAS ELECTRICAS


¿Por qué con las descargas eléctricas te aumenta la memoria?


El proceso al que os estáis refiriendo fue descubierto en 1973 por los investigadores Terje Lomo y Tim Bliss, trabajando en la Universidad de Oslo (Noruega). 


Ellos demostraron la existencia de cambios eléctricos mantenido en el cerebro de conejos, y lo denominaron potenciación a largo plazo, un proceso comúnmente conocido hoy en día por sus iniciales en inglés: LTP (long-term potentiation). 

Posteriormente, el mismo tipo de fenómenos se ha encontrado en diversas regiones del cerebro implicadas en el aprendizaje y en la memoria en los distintos modelos animales estudiados. 

¿Cómo funciona? 

La suma de potenciales sinápticos puede acercar a la neurona postsináptica al umbral de disparo y generar un potencial de acción. A partir de aquí, el proceso se puede repetir, con la neurona postsináptica, actuando ahora como presináptica frente a otras neuronas del circuito. Todo el proceso esta altamente regulado, y la transmisión sináptica puede ser potenciada (de forma que el potencial sináptico generado sea mayor, dure más tiempo, o se reduzca el umbral de estimulación necesario para que se produzca un potencial de acción en la neurona postsináptica) o deprimida (en cuyo caso el cambio de potencial sináptico será menor o más rápido). 

Estos procesos se engloban en el término plasticidad sináptica. 

Una de las personas que más ha contribuido a que comprendamos este proceso ha sido el Profesor Eric R. Kandel, de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos) que fue galardonado en el año 2000 con el Premio Nobel de Medicina o Fisiología por sus investigaciones sobre plasticidad en nada menos que el caracol de mar.

EDAD DEL CEREBRO


¿Cuál es la edad potencial del cerebro?


A lo largo de la evolución el cerebro ha ido cambiando. 


Dos magnitudes del cambio que podemos estimar son su tamaño y su peso. En tan sólo 2-3 millones de años ha aumentado de 500 a 1.400 gramos y estos cambios tienen una serie de momentos importantes. 

El estudio de los restos fósiles nos permite comprobar que desde los antecesores del hombre, los Autralopitecinos (con un volumen cerebral medio de 430 cc), el cerebro aumentó hace 2,5-1,8 millones de años en el Homo Habilis hasta alcanzar 750 cc de volumen cerebral medio. 

En el Homo Erectus (hace 1.800.000 años), el volumen cerebral alcanzó los 900 cc, y de ahí continuó su progresión hasta el Homo Sapiens Neandertalensis (hace unos 100.000 años). 

Sin embargo, en los últimos 10-20.000 años sufrió una reducción de volumen posiblemente relacionada con una disminución del peso del cuerpo, para alcanzar en el Homo Sapiens una media de 1.400 gramos de peso. 

O sea, que el cerebro actual tiene aproximadamente esa edad.

QUIMICA INTELIGENTE


¿Existe alguna sustancia química que te vuelva más inteligente?


El problema es que se llama inteligencia, porque no es una única cosa. 


Si que hay fármacos que aumentan el rendimiento del cerebro en algunas funciones y eso nos puede ser útil en un momento, por ejemplo la cafeína y anfetaminas para mejorar la atención y concentración. 

Pero en si mismo no incrementa nuestro potencial intelectual, si no el rendimiento en un momento dado. 

Por tanto, a día de hoy no hay ningún fármaco que incremente la inteligencia en general.

ESTUDIAR PROVOCA PERDER NEURONAS?


¿Estudiar provoca la destrucción de las neuronas?


No, al contrario, el estudio como forma de aprendizaje permite el desarrollo de los fenómenos de plasticidad. 

Esto implica la aparición de nuevas ramas y conexiones dendríticas entre neuronas, que producen una ampliación de las redes y conexiones entre neuronas. 

Así, el estudio, facilita enriquece la función neuronal.

Dimension Zelaznog

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