El maestro Zen les recitaba a los discípulos el Decálogo de la Conversación
1- Complementa, no opongas.
Eso es ser justo.
“Se justo”.
2- Escucha, no te limites a oír.
Eso es ser abierto.
“Sé abierto”
3- Pregúntate al menos dos veces por minuto: ¿Esto, lo estoy haciendo con Amor?
Eso es ser magnánimo.
“Sé magnánimo.”
4- Percibe las veces en que lo mejor que se puede decir es: Nada.
Eso es no gastar energias
(usar los dones del Señor)
en vano.
5- Mírale la cara a tu interlocutor. Sonríe y escucha su sonrisa.
Eso es comprensión.
“Sé comprensivo.”
Como guardara silencio, un discípulo inquirió:
--Maestro, dijiste un decálogo. ¿Dónde están las otras cinco sentencias?
--Ahí mismo. ¿Dónde estabas tú cuando las dije?
1- Complementa, no opongas.
Eso es ser justo.
“Se justo”.
2- Escucha, no te limites a oír.
Eso es ser abierto.
“Sé abierto”
3- Pregúntate al menos dos veces por minuto: ¿Esto, lo estoy haciendo con Amor?
Eso es ser magnánimo.
“Sé magnánimo.”
4- Percibe las veces en que lo mejor que se puede decir es: Nada.
Eso es no gastar energias
(usar los dones del Señor)
en vano.
5- Mírale la cara a tu interlocutor. Sonríe y escucha su sonrisa.
Eso es comprensión.
“Sé comprensivo.”
Como guardara silencio, un discípulo inquirió:
--Maestro, dijiste un decálogo. ¿Dónde están las otras cinco sentencias?
--Ahí mismo. ¿Dónde estabas tú cuando las dije?