Recordar

¿Por qué no recordamos todo lo que hacemos durante la vida, y mucho menos al llegar a ancianos?

Todavía no sabemos exactamente como se almacena la información que permanece, por tiempos a veces muy largos, a disposición de los circuitos neuronales de nuestro cerebro. 

Sí sabemos que en el almacenaje intervienen cambios en las conexiones entre las neuronas, las sinapsis, que dependen de la síntesis de proteínas, pero no está claro de qué manera precisa se guarda lo que podemos llamar un recuerdo. 

Probablemente los recuerdos dependen de redes distintas de neuronas que se activan al evocarlos, pero no se sabe en qué consisten exactamente esas redes y como se activan cuando recordamos. 

Sin embargo, sí conocemos que distintas partes del cerebro intervienen conjuntamente en la formación de recuerdos. Por ejemplo, una zona de la corteza cerebral llamada hipocampo es muy importante en el proceso de formación de memorias, de manera que sus lesiones pueden provocar incapacidad de crear nuevos recuerdos, aunque los pacientes son capaces de recordar cosas ocurridas antes de su enfermedad o accidente. 

Esto quiere decir que el almacenamiento propiamente dicho se lleva a cabo en otras zonas, principalmente de la corteza cerebral. Por ejemplo, se ha comprobado que hay neuronas en una zona llamada lóbulo temporal que se activan cuando vemos una cara que conocemos, sugiriendo que es allí donde tenemos almacenado ese recuerdo. 

Los fallos en la memoria pueden ser de varios tipos; por ejemplo pueden producirse al establecerlas, como ocurre en las lesiones del hipocampo, lo que da lugar a que no recordemos cosas que han ocurrido recientemente pero si otras anteriores. Esto es básicamente lo que ocurre a algunos ancianos, especialmente a los pacientes de Alzheimer en las fases iniciales de esta enfermedad. También puede haber fallos al recobrar las memorias, por ejemplo si se lesiona una zona de la corteza cerebral relacionada con el almacenaje de recuerdos. 

Entonces podríamos crear algunos tipos de recuerdos nuevos, pero no recobrar otros. En cualquier caso, nuestro cerebro normalmente no almacena todo lo que nos ocurre y en algunos muy pocos casos en los que, por causas que no conocemos, sí que se almacena casi todo, los sujetos tienen muchos problemas para utilizar toda la información que parece que se apelotona en sus procesos mentales.