Nuestro sistema nervioso tiene sistemas neuroquímicos que controlan las diversas funciones de nuestro organismo.
La administración de un placebo puede originar la puesta en funcionamiento de estos sistemas neuroquímicos y provocar en determinados pacientes un efecto similar al que origina el fármaco al que sustituye.
Esto se observa en situaciones patológicas relacionadas con la esfera emocional, por ejemplo en la respuesta al estrés, la inducción del sueño e incluso a veces la analgesia.
Así, este fenómeno se puede explicar porque se ponen en marcha mecanismos endógenos de control del dolor, la ansiedad, etc. No funcionan en todas las personas, ni tampoco en todas las circunstancias en que sea necesario un tratamiento farmacológico, pero ponen de manifiesto la importancia de la esfera emocional en el control de respuestas somáticas.
La administración de un placebo puede originar la puesta en funcionamiento de estos sistemas neuroquímicos y provocar en determinados pacientes un efecto similar al que origina el fármaco al que sustituye.
Esto se observa en situaciones patológicas relacionadas con la esfera emocional, por ejemplo en la respuesta al estrés, la inducción del sueño e incluso a veces la analgesia.
Así, este fenómeno se puede explicar porque se ponen en marcha mecanismos endógenos de control del dolor, la ansiedad, etc. No funcionan en todas las personas, ni tampoco en todas las circunstancias en que sea necesario un tratamiento farmacológico, pero ponen de manifiesto la importancia de la esfera emocional en el control de respuestas somáticas.
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