MOMIA

En un desierto costero, los arqueólogos descubren un fardo funerario de 1.300 años de antigüedad, con la figura de un ave de tamaño humano y, en su interior, el esqueleto de una mujer joven que pudo ser una curandera sagrada o la víctima de un sacrificio. Por Karen E. Lange; fotografías de Ira Block
Tenía entre 25 y 30 años, posiblemente era madre, y fue enterrada como nadie de su tierra y su época: la árida costa de Perú de hace unos 13 siglos. El año pasado, los excavadores hallaron el complicado fardo de su momia en Cerrillos, un centro religioso de la cultura de Paracas, 1.400 años anterior a la inca. Hasta que se produjo el hallazgo, el equipo de campo que trabaja con Mercedes Delgado y bajo la dirección de Dwight Wallace (quien descubrió el yacimiento en 1958) había encontrado fragmentos de cerámicas y de tejidos en las ruinas de una pirámide escalonada. Al final de la campaña de 2002, los excavadores que retiraban tierra de la cima de la estructura sacaron a la luz un tejido con plumas distinto a todo lo conocido del período de Paracas. Formaba dos alas a los lados de una máscara, bajo la cual yacía algo semejante al cuerpo de un ave enorme. La exploración con rayos X reveló que el fardo contenía los huesos de una mujer.