Una inmersión en las aguas marinas revela una increíble mezcla de criaturas, desde formas gelatinosas hasta una cría de pulpo. Introducción de Jennifer S. Holland; fotografías de David Liittschwager
«Lo pequeño es hermoso», dijo el economista E. F. Schumacher. Una sabia perspectiva para un planeta donde la mayoría de los organismos se organizan a pequeña escala. Un cucharón de agua de mar contiene una caótica mezcla de diminutos nadadores libres y nebulosos seres flotantes a la deriva. Muchos son microscópicos. Otros serían visibles si no fueran casi transparentes. Gelatinosos seres de formas cambiantes cabalgan las corrientes. Formas familiares en miniatura (calamares y pulpos bebés, larvas de pez de grandes ojos) se mueven con agilidad. Sus vidas son precarias. Algunos tienen conchas o exudan toxinas contra los depredadores; otros son activos sólo de noche. Pero son innumerables los que caen presas de bocas hambrientas, las de otros animalitos como ellos o las de enemigos mayores, como peces adultos y ballenas. Para ver el espectáculo, David Liittschwager se unió a científicos de la NOAA frente a la isla de Hawai. Los organismos se especializan para sobrevivir en esas aguas abiertas y pobres en nutrientes, de ahí la gran diversidad. Liittschwager tomó muestras con un cubo y una red de malla fina, usando linternas como señuelo.
«Lo pequeño es hermoso», dijo el economista E. F. Schumacher. Una sabia perspectiva para un planeta donde la mayoría de los organismos se organizan a pequeña escala. Un cucharón de agua de mar contiene una caótica mezcla de diminutos nadadores libres y nebulosos seres flotantes a la deriva. Muchos son microscópicos. Otros serían visibles si no fueran casi transparentes. Gelatinosos seres de formas cambiantes cabalgan las corrientes. Formas familiares en miniatura (calamares y pulpos bebés, larvas de pez de grandes ojos) se mueven con agilidad. Sus vidas son precarias. Algunos tienen conchas o exudan toxinas contra los depredadores; otros son activos sólo de noche. Pero son innumerables los que caen presas de bocas hambrientas, las de otros animalitos como ellos o las de enemigos mayores, como peces adultos y ballenas. Para ver el espectáculo, David Liittschwager se unió a científicos de la NOAA frente a la isla de Hawai. Los organismos se especializan para sobrevivir en esas aguas abiertas y pobres en nutrientes, de ahí la gran diversidad. Liittschwager tomó muestras con un cubo y una red de malla fina, usando linternas como señuelo.
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