Los navegantes vikingos (piratas, comerciantes, artesanos) irrumpieron desde Escandinavia en el siglo VIII, llevando sus desinhibidas formas de vida pagana desde el golfo de San Lorenzo hasta el mar de Aral. Por Priit J. Vesilind; fotografías de Sisse Brimberg
Los primeros vikingos surgieron de los puertos del norte de Europa con un vigor pagano irrefrenable, y así comenzó una época de exploraciones, comercio y colonización que duró casi 300 años, aproximadamente desde 790 a 1066. Eran aventureros y piratas de tres territorios escandinavos (Noruega, Suecia y Dinamarca), y cada grupo realizó incursiones por el mundo conocido y desconocido. Los daneses dejaron su impronta en las islas Británicas y a lo largo de las costas europeas. Los suecos penetraron en el continente a través de los ríos rusos y llegaron hasta Constantinopla y Oriente. Los noruegos se aventuraron temerariamente por el océano Atlántico hasta lograr establecerse en América. En los albores del siglo IX en Escandinavia habitaban tribus independientes que hablaban el escandinavo antiguo, una lengua germánica, y adoraban a divinidades falibles como Thor, el dios del trueno. Algunos reyes ejercían su autoridad más allá de su propio territorio, pero cada tribu constituía un universo individual y xenófobo, circunscrito a un código guerrero. Su teología carecía de conceptos absolutos del bien y del mal; el honor y la valentía en el campo de batalla eran las máximas virtudes. Unas seductoras doncellas llamadas valkirias conducían a los héroes muertos hasta el Valhala.
Los primeros vikingos surgieron de los puertos del norte de Europa con un vigor pagano irrefrenable, y así comenzó una época de exploraciones, comercio y colonización que duró casi 300 años, aproximadamente desde 790 a 1066. Eran aventureros y piratas de tres territorios escandinavos (Noruega, Suecia y Dinamarca), y cada grupo realizó incursiones por el mundo conocido y desconocido. Los daneses dejaron su impronta en las islas Británicas y a lo largo de las costas europeas. Los suecos penetraron en el continente a través de los ríos rusos y llegaron hasta Constantinopla y Oriente. Los noruegos se aventuraron temerariamente por el océano Atlántico hasta lograr establecerse en América. En los albores del siglo IX en Escandinavia habitaban tribus independientes que hablaban el escandinavo antiguo, una lengua germánica, y adoraban a divinidades falibles como Thor, el dios del trueno. Algunos reyes ejercían su autoridad más allá de su propio territorio, pero cada tribu constituía un universo individual y xenófobo, circunscrito a un código guerrero. Su teología carecía de conceptos absolutos del bien y del mal; el honor y la valentía en el campo de batalla eran las máximas virtudes. Unas seductoras doncellas llamadas valkirias conducían a los héroes muertos hasta el Valhala.
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