AGUILA HARPIA

La bióloga española Ruth Muñiz ha puesto rumbo a la selva amazónica ecuatoriana para desvelar los misterios del águila harpía, una especie íntimamente ligada al devenir de los indígenas. Por Eva van den Berg; fotografías de Peter Oxford
Cuando la bióloga española Ruth Muñiz empezó a trabajar con el águila harpía en el año 2000, asumió el reto de iniciar el estudio de la especie en estado silvestre en Ecuador prácticamente desde cero. Hasta entonces sólo se sabía que esta rapaz es una de las más grandes del mundo (un metro de altura por dos de envergadura alar) y que vive en lugares de difícil acceso. Tales características, unidas a su naturaleza esquiva, habían propiciado un gran desconocimiento acerca de su ecología y también de la situación en que se encontraba la población silvestre en los bosques tropicales y subtropicales donde habita, un vasto territorio que se extiende desde el sur de México hasta el norte de Argentina. Un año antes, Muñiz había emprendido una intensiva campaña en busca de fondos con los que emprender su particular aventura. Fue la Agencia Española de Cooperación Internacional la que le otorgó una beca de un año para desarrollar un proyecto sobre esta ave en Ecuador. En octubre de 2000 se fue a vivir a este país, desde donde puso en marcha un plan para rastrear supuestas áreas de cría situadas junto a varios ríos de un territorio amazónico de fuerte identidad indígena. A través de diversas organizaciones comunitarias pudo acceder a los diferentes territorios indígenas, y después lo hizo con la ayuda de diversas organizaciones no gubernamentales instaladas en la zona y dedicadas a cooperar con los pueblos amazónicos.