Aprendamos a no leer entre líneas...
El mejor ejemplo de ello podemos reconocerlo en lo ocurrido en un tren que viaja de París a Madrid.
En un compartimiento van cuatro personas: una joven muy linda que viaja con su abuelita, un imponente viejo general acompañado por un joven teniente buen mozo. Van en silencio a medida que el tren entra en el túnel de los Pirineos. Está totalmente oscuro, cuando de repente se oye el fuerte eco de un beso, seguido del sonido de una palmada, aún más fuerte. Cuando el tren sale del túnel, las cuatro personas se quedan en silencio, como si ignoraran el incidente. La joven piensa: "Si que disfruté ese beso que me dio ese guapo teniente, pero mi abuela le dio una cachetada; no creo que él vaya a intentar de nuevo, la próxima vez que pasemos por el túnel. Para qué habrá hecho eso mi abuela?" La abuela piensa: "Que joven tan atrevido!, besó a mi nieta. Pero yo la eduqué adecuadamente y ella respondió dándole una cachetada; estoy orgullosa de ella y sé que él no se atreverá la próxima vez que pasemos el túnel".El general piensa: "no puedo creerlo, mi auxiliar se educó en las mejores escuelas militares. Yo lo escogí personalmente. Con todo ese entrenamiento él debió haber sabido que no podía besar esa joven. Pero en la oscuridad la joven debió pensar que fui yo, y me gané la cachetada. Cuando regresemos a la base, se va a tener que entender conmigo". Y el joven teniente piensa: "fue increíble. Qué tan a menudo puede uno besar una hermosa joven y a la vez aporrear al jefe?".La historia anterior demuestra cómo pueden llegar las personas a conclusiones diferentes basadas en los mismos hechos.
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